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lunes, 23 de julio de 2012

¿somos europa?

parece que me estoy aficionando a copiar entrevistas o artículos muy interesantes. en parte es por falta de tiempo (¿dónde está el tiempo?) pero en parte también porque creo que no tiene sentido intentar perfeccionar artículos o entrevistas tan bien conseguidos

en este caso, os dejo una entrevista de soledad gallego díaz a felipe gónzalez para el país. seas del color que seas, siempre es interesante escuchar lo que tiene que decir alguien como felipe gónzalez (igual que a miguel herrero y rodríguez de miñón, por elegir uno del ala derecha)

¿deberíamos europeizarnos de verdad (un gobierno europeo para todos, una única política exterior, económica...)? ¿nos han tratado peor que a francia, inglaterra, alemania? ¿tenemos un rescate low cost? ¿rajoy es libre para hacer lo que quiere?

felipe gonzález (sevilla, 1942) está preocupado y enfadado. cree que se ha superado un límite y que mariano rajoy tiene la obligación de convocar a un gran acuerdo nacional. le inquieta la crisis europea y está furioso con la manera en la que se desarrollan las cosas en europa respecto a españa. critica al gobierno por consentir una “intervención total” en los hechos, pero muy barata, “de bajo coste” para la propia unión europea, sin haber negociado seriamente como condición el acceso a una financiación razonable. Afirma que los errores españoles comenzaron en 1998, pero admite que los gobiernos de rodríguez zapatero no corrigieron esos errores, sino que echaron gasolina al fuego. cree que el ejecutivo y la dinámica actual están llevando a este país a la ruina y se revuelve contra esa posibilidad. “vamos a la deriva como españoles y como europeos”. no cree en los gobiernos de tecnócratas pero exige un consenso nacional “para salir de la crisis y para actuar en europa”. considera una estupidez creer que “españa es demasiado grande como para dejarla caer porque se destruiría el euro”. ¿acaso europa no fue capaz de destruirse a sí misma?, recuerda. basta con que proliferen las voces del nacionalismo insolidario

el expresidente del gobierno (1982 a 1996) está alejado del parlamento y de la vida pública, pero no ha dejado ni un instante de ser un activo político, que sigue la actualidad española, europea y mundial con una formidable capacidad de análisis y de crítica. protagonizó, junto con el alemán helmut kohl y el francés françois mitterrand, la cumbre de maastricht en la que se acordó el nacimiento de la moneda única europea, el euro, y se cambiaron los tratados fundacionales de la unión europea para darle un mayor impulso político. Su reconocida vocación europea y su conocimiento de las estructuras de la ue hicieron que se recurriera a él en 2007 para presidir un grupo de reflexión sobre el futuro de europa, conocido como comité de sabios

pregunta. ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
respuesta. merkel afirma que estamos pagando 10 años de errores en una política económica basada en una inmensa burbuja inmobiliaria. ahora que le quitamos la razón en todo, hay que decir que sí, que tiene razón. se refiere a los 10 años previos a 2008, que es cuando estalló el sistema financiero mundial y en españa, más específicamente, esa burbuja inmobiliaria. así que, enfocándolo desde españa, la galopada arrancó con la ley de liberalización del suelo, que se puso en marcha con el argumento banal de que mientras más ofertas de suelo hay más barato es, como si los mercados fueran racionales. la realidad es que el suelo fue cada día más caro, que hemos hecho tres o cuatro veces más metros cuadrados de los que exigía una demanda equilibrada, y que hemos fomentado de una manera salvaje las corruptelas

p. luego, ¿es culpa de decisiones españolas?
r. la responsabilidad no es solo de una gente indisciplinada que galopa hacia una burbuja inmobiliaria, como quieren pintar. hay una responsabilidad compartida por una política monetaria que facilitó créditos por debajo de la inflación, y eso no era solo responsabilidad de las entidades financieras españolas, sino de las alemanas, las francesas… el error es nuestro, pero compartido. ha habido una crisis del ladrillo espantosa, pero la crisis de la deuda se ha provocado porque ha habido bancos que han alimentado esa deuda irracionalmente. eso ha ocurrido, tiene razón merkel, durante 10 años, con el resultado de una deuda de las familias y de las empresas que es insoportable. pero eso no ha ocurrido igual en el estado. en esa época a la que se refiere merkel, españa tenía unas cuentas públicas mucho mejores que las de alemania y las de casi cualquier otro país. llegamos al estallido de la crisis con superávit presupuestario de más de dos puntos y una deuda pública por debajo del 37% del pib

p. diez años continuados de errores es mucho tiempo
r. eso arranca, como he dicho, con decisiones políticas a partir de 1998: aznar, rato, rajoy, para entendernos, pero no se corrigen con los gobiernos que entran a partir de 2004, es decir con rodríguez zapatero. no se corrige por gobiernos que vivían en un aparente mundo ideal. la economía creciendo al tres y pico por ciento, créditos por debajo de la inflación... igual pasó con el dramático error cometido en la liberalización del sector eléctrico, que ha acumulado una deuda de más de 25.000 millones. arranca con una decisión aparentemente liberalizadora que tiene un coste para el estado enorme y que, de nuevo le digo, no se corrige en el gobierno de zapatero, sino que se le echa más gasolina al fuego
así que, efectivamente, todo esto ha tenido una cierta continuidad durante 10 años. claro que ha ido acompañado de un defectuoso modelo europeo de unión monetaria sin unión económica. cuando a nosotros nos convenía que el tipo de interés fuera razonable respecto del crecimiento de la economía y de la inflación de nuestro país; es decir, cuando necesitamos enfriar esa economía especulativa, el tipo de interés se fijaba por criterios que no respondían a nuestras necesidades. así que el banco central europeo alimentó el incendio que estábamos montando en españa

p. ¿se podía haber corregido esa deriva española con otra política europea?
r. por lo menos, se hubiera evitado esa situación dramática en la que, desde luego, están españa e italia, y por extensión, la unión monetaria. la corrección total tiene sus dificultades. si observas a estados unidos ves que una sola moneda con políticas económicas divergentes llevó a un estallido tremendo a finales del siglo XIX, lo que provocó la creación de la reserva federal. hoy, california es un estado que no puede equilibrar sus presupuestos. pero ¿cómo financia su deuda? a través de la reserva federal, y al tipo de interés negativo. obviamente, tendrán que hacer una reestructuración seria, pero la Reserva Federal impide que la especulación arrase a california, como lo impide en florida. no ocurre lo que ocurre aquí, donde el banco bentral buropeo no actúa como un banco central.

p. tampoco somos una federación
r. ni somos una federación ni tenemos un banco central que actúe como tal, insisto. españa tiene unas cifras de déficit y de deuda inferiores a las de gran bretaña y, sin embargo, gran bretaña se financia a través del banco de inglaterra con tipos de interés muy bajos y españa se financia con tasas de interés insoportables. porque el bce no actúa como banco central, pero sí impide que los bancos centrales nacionales actúen como tales. es una restricción de nuevo asimétrica, porque favorece enormemente a países como alemania y a su entorno próximo, y perjudica de la misma manera a otros. así que podríamos afirmar que hablar de una sola moneda europea es casi política-ficción. hay un solo euro con valoraciones completamente distintas por los mercados. en california, el dólar, independientemente de la deuda de california, es igual que en nueva york. en alicante, el euro es más caro que en fráncfort.

 
p. ¿eso es lo que ha pasado con la unión monetaria?
r. conviene recordar que todo esto pasa en un contexto en el que ya hemos olvidado, a pesar de la irritación de los ciudadanos, que el origen de esta crisis está en la implosión del sistema financiero global desregulado. hay que decirlo ahora una vez más… se ha hecho una operación de rescate de ese sistema financiero desregulado y, una vez que se ha hecho, a costa del contribuyente, no solo para pagar el rescate propiamente dicho sino también para pagar las consecuencias de la recesión profunda que provocó esa crisis financiera, una vez que se ha hecho todo eso no se ha tocado el origen de la crisis. se siguen haciendo las mismas prácticas que llevaron a la crisis y, de pronto, te encuentras con que j. p. morgan ha perdido otros miles de millones de dólares

p. ¿por qué sucede eso?
r. le doy una opinión personal: porque el desplazamiento del poder real que se ha producido en los últimos 25 años de los representantes de la democracia representativa a los centros de decisión financieros del mundo no se ha revertido. un ejemplo: cuando obama comprende qué sucede, como toda persona inteligente, y propone la reforma del funcionamiento del sistema financiero al congreso de ee uu, pasa por wall street y hace un discurso impecable sobre cómo evitar los errores que se venían produciendo en wall street, en los grandes centros de producción de errores. el discurso es impecable, de forma y de fondo, sobre lo que hay que hacer
tiene un solo fallo, el final, y eso es lo que te produce melancolía. porque el presidente de ee uu, que todavía es, al menos en teoría, el hombre más poderoso del mundo, va a wall street, explica la reforma que está presentando en el congreso y les pide a los actores de wall street que le ayuden a sacarla adelante. es dramático. la reforma no va a pasar en el congreso salvo que los actores de wall street convenzan a los congresistas (que dependen en parte de ellos) de la bondad de la reforma
ese es el último porqué de todos los porqués. el desplazamiento del parlamento respecto al proceso de la toma de decisiones se agudiza cada día. aquí, en españa, yo no sé si el gobierno ha presentado algún proyecto de ley en los últimos siete meses. yo diría que todo son decretos leyes, que se discute en otros parlamentos de la unión europea lo que afecta a españa y aquí se oculta

p. ¿esta intervenida españa?
r. aquí estamos, en términos relativos, peor que cualquiera, porque estamos en una situación de rescate, nos guste o no decirlo, semejante en términos de intervención a las de portugal o irlanda, pero… a bajo coste. por 30.000 millones tenemos todos los condicionamientos de una intervención plena. en españa, el rescate definitivo, con cierre absoluto de los mercados (y estamos a dos metros de eso), supondría 500.000 o 600.000 millones, mucho más que el rescate actual. pero con 30.000 millones, por el momento, de línea de crédito, la intervención es total: de los bancos con dificultades, de los bancos buenos y de toda la política económica y fiscal

p. ¿cómo es posible?
r. nos damos de bruces con cosas incomprensibles por mucho que uno quiera construir un relato que haga comprensible a los ciudadanos lo que pasa. lo peor que ha pasado, dentro de que todo el paquete de ajustes es desmesurado y de que no hay ni una sola señal de medidas anticíclicas, lo peor, creo, es que el presidente del gobierno, que acaba de ser elegido por mayoría absoluta, ha hecho una declaración en la que dice: “no tenemos libertad para elegir”

p. ¿pero la tiene?
p. Vvamos a ver, si él dice que no tiene libertad para elegir quiere decir que los ciudadanos han hecho un ejercicio inútil eligiéndolo. ahora, si me pregunta, ¿la tiene? claro que la tiene, otra cosa es que esté en condiciones de ejercer la parte de libertad que le corresponde para elegir. claro que la tiene. si la tiene una persona a la que no la han votado, como mario monti, cómo no la va a tener el presidente del gobierno español. monti decide unas medidas y después va a bruselas a defenderlas. aquí hemos escuchado al ministro de economía decir: “el martes veremos lo que decide el eurogrupo y después ya conocerán qué medidas de ajuste adoptamos”
no estoy haciendo un ejercicio de nacionalismo, porque lo diré en porcentajes: si nspaña hiciera todo lo que tiene que hacer para corregir los errores acumulados en 10 años de desequilibrios en balanza de pagos, balanzas comerciales y de pérdida de competitividad; si hace todo lo que tiene que hacer impecablemente bien —lo cual significaría que sabe lo que quiere hacer, cosa que no parece poder afirmarse de este gobierno—, habría hecho el 20% de lo que necesitamos para salir de la crisis. el 80% lo tiene que hacer europa. por tanto, aquí hay dos niveles de análisis: qué nos pasa como españoles y qué nos pasa como europeos. y en los dos vamos a la deriva

p. ¿qué nos pasa como europeos?
r. eEuropa tiene una enorme responsabilidad consigo misma y con su destino. es un error decir una y otra vez que “españa es demasiado grande como para dejarla caer, porque detrás vendrá italia y no sé qué catástrofe de explosión del euro”. eso es una verdad falsa. si uno mira la historia de europa del siglo XX, sabemos que los europeos son capaces de destruir físicamente europa. ¡cómo no van a ser capaces entonces de acabar con el euro! depende de que vaya aumentando la voz del nacionalismo insolidario. europa ha pasado por dos guerras mundiales. “nunca se atreverán a destruir la europa del euro”, dicen algunos. ¿por qué no? europa está en una encrucijada de tres caminos en la que he insistido muchas veces. el primer camino es hacer un big bang para federalizar la unión económica y fiscal, además de vertebrar la unión monetaria. ¿por qué empleo la palabra federalización, que produce rechazo? lo hago intencionadamente, porque si hay una seudofederalización, sin legitimidad democrática, estamos perdidos. si no hay legitimidad democrática en ese proceso, y queremos solo a los hombres de negro, en forma de ministros de economía, para el conjunto de la ue, el proceso de construcción europea derrapará masivamente ante los ciudadanos

p. hay otros dos caminos.
r. sí. el segundo camino es el opuesto al primero: deshacer lo andado desde el punto de vista de la unión monetaria y del mercado interior. la gente cree que aunque se deshaga la unión monetaria se va a mantener el mercado interior, o se va a mantener incluso schengen. yo diría que no es probable, entre otras cosas porque quienes están pasando esta gravísima crisis tendrán que hacer devaluaciones masivas para ganar competitividad
el tercer camino, y la hipótesis más probable, es arrastrarse por el fango: dar un pasito adelante y dos pasitos atrás. y salir de cada consejo diciendo que ya tenemos una hoja de ruta, ya tenemos decisiones tomadas, ya se van a tranquilizar los mercados. seguir con esta pelea estúpida sobre si los mercados tienen o no un comportamiento racional. es una gran estupidez. ¿por qué hablan de racionalidad? claro que si hay una decisión del bce, que por una vez haga de banco central, anunciando que “si la prima de riesgo pasa de 200 puntos básicos, me hago cargo de la deuda”, se acabó la fiesta especulativa

p. si se mutualiza la deuda, se federaliza la unión europea
r. puede haber una situación intermedia, a la que apelo, y que siempre se ha tomado cuando existe voluntad política. pero seamos sinceros: todas las reglas de los tratados que prohíben las ayudas públicas se incumplieron después de la quiebra de lehman brothers, con operaciones de rescate nacionales de los bancos propios. todas las dificultades que hemos tenido nosotros después no se tuvieron en cuenta cuando, desde gordon brown a la señora merkel, pasando por sarkozy, inyectaron dinero y reestructuraron la parte del sistema que producía riesgos sistémicos. eso no estaba previsto; al contrario, estaba expresamente prohibido en la normativa europea. ¿qué fue lo que ocurrió? que después de hacer lo que había que hacer y no había más remedio que hacer, se pusieron de acuerdo en ponerle un paraguas institucional a lo que se había hecho. y a partir de entonces, restituirle a los órganos de bruselas las facultades de vigilancia y control que tenían, pero la operación estaba ya hecha. ¿o es que brown fue a bruselas a decir cuánto dinero ponía en la nacionalización de tal o cual banco? ¿o sarkozy, o merkel? se hizo porque se hizo. y políticamente, además, mejor que se hiciera, porque se hubiera liado si les dicen que no, que no se puede hacer

p. ¿qué ha pasado entre agosto del año pasado, cuando el bce compró bonos españoles, y hoy, cuando dice que no puede?
r. creo que ha cambiado, de verdad, nuestra relevancia para exigir contrapartidas a los sacrificios que nos piden, o a los que nos comprometemos. dicho en términos de rajoy, “no tenemos libertad para elegir”; eligen otros lo que tenemos que hacer. siempre nos dicen la misma frase: “está bien, siga profundizando, siga por ese camino”. habría que contestar: “dígame dónde está el final del camino, para decirle a la gente que este camino tiene un límite, y que ese límite es este, y que a partir de este límite se producirá esto otro”. eso nunca ocurre, ni siquiera hemos negociado seriamente en esta intervención. estamos intervenidos por todos los costados y ni siquiera hemos negociado una contrapartida
ahora, es el galgo que corre detrás de la liebre mecánica que mueve otro, y que nunca alcanza. al final de año, con una vigilancia trimestralizada, nos dirán que no es suficiente, que hay que hacer más. y mientras más se haga en la misma dirección, esta máquina de destrucción de aparato productivo de clases medias que han puesto en marcha no tiene salida

p. pero ¿por qué exige la unión europea ese proceso? ¿cuál es el objetivo?
r. porque el nacionalismo, del que dependen los gobiernos en los votos, hace imposible que cambie el razonamiento político nacional y se genere un razonamiento político europeo. es curioso. hollande ha hecho una doble aportación: una señal de política anticíclica, aunque sea con solo 120.000 millones, y la constatación de que el ajuste tiene que ser más moderado para ser soportable, y tiene razón. digo que es curioso, porque en otro plano es alemania, merkel, la partidaria de hacer una apuesta por una mayor federalización, mientras que a francia le cuesta más aceptar ese camino

p. volvamos a la situación española. ¿podía el gobierno haber negociado de otra manera? muchos piensan que cuando se pide dinero, no se tiene derecho a decir nada
r. ¿cómo que no? claro que sí. yo he pedido dinero para algo específico, algo concreto, que por cierto otros países han hecho ya. recordemos que ellos lo han hecho con su dinero, pero en contra de una normativa europea que se cambió después. me ofrecen una línea de crédito de hasta 100.000 millones para recapitalizar lo que se supone que tengo damnificado, es decir un tercio de nuestro sistema financiero. yo tomo el dinero para eso y negociamos que la operación está sometida a una recapitalización, que les permite actuar como accionistas clave, como capitalizadores clave, en esa parte del sistema financiero. pero lo segundo que hago es exigir las mismas condiciones para todos los demás. para empezar, en las pruebas de estrés. ¿por qué intervienen la parte sana de nuestro sistema financiero y no la de otros países?

p. ¿la ue está exigiendo a españa cosas que no exige a otros?
r. a nadie. salvo, claro, a los países con intervención total, donde se ha hecho cargo de su gestión macroeconómica y de su financiación. en el caso español, está haciendo exactamente lo mismo con mucho menos coste

p. dicho de otra manera, este tipo de rescate le conviene a la unión europea, no a nosotros
r. claro, si no hay contrapartidas eso es así. siguiendo la terminología de montoro —una persona que cree que la constitución le autoriza a invadir las competencias de las autonomías—, lo que se ha aceptado absolutamente es a los hombres de negro, los tenemos aquí trimestralmente para ajustar al objetivo de déficit y, por tanto, tocando toda la política económica del país. y todo ello con un coste para la ue relativamente reducido
inyectará 30.000 millones y si vas cumpliendo te dará otros 30.000. ni siquiera el gobierno cree que vaya a pedir los 100.000. el coste es muy bajo para ellos. a mí no me parece mal, si existe una contrapartida clara: una garantía de financiación que dé europa a través de los instrumentos que tiene, o de los que ponga en marcha. el que ahora tiene más claro es el banco central europeo. oiga usted: la contrapartida a las barbaridades que estoy haciendo, que meten a mi economía en un proceso de recesión, que no nos va a permitir alcanzar a la liebre haga lo que haga, es que me puedo financiar a tasas razonables. no digo a las de gran bretaña, que son de intereses negativos, o a tasas holandesas o alemanas; pero, bueno, que se fije un criterio a partir del cual europa interviene, para que la prima de riesgo no haga insostenible el programa

p. ¿Ccree que con un gobierno de concentración sería posible retomar el rumbo y marcar un horizonte más claro?
p. me preocupa cómo crecen en los medios, incluso en la derecha más conservadora, las presiones sobre las bondades de un gobierno tecnócrata. me preocupa no solo por la deslegitimación de la democracia sino porque me parece un error serio, más allá de las equivocaciones que cometa el político a, b o c. es un error. llamamos —no quiero poner nombres para que no se ofendan en europa— a los mismos que nos han llevado a la crisis pero, ahora, como especialistas para gestionar la salida. ¿quiénes son los gestores disponibles de goldman sachs para que nos ayuden a salir de la crisis como buenos tecnócratas? ¿qué responsabilidad tiene goldman sachs? todo esto me parece un desastre. lo que sí que creo es que el gobierno debería ser consciente de dos cosas: uno, que los ciudadanos tienen derecho a saber qué es lo que están haciendo, por qué lo están haciendo y con qué objetivo. y punto número dos, que una operación de esa naturaleza exige un consenso entre todos los actores, por tanto un consenso nacional

p. ¿es partidario de un pacto nacional?
r. no tiene nada que ver con los pactos de la moncloa, pero hay más razones incluso que entonces para hacer una política de consenso nacional. el consenso nacional significa acordar lo que hay que hacer. y eso exige empezar por un relato de qué es lo que hemos hecho mal y cómo lo corregimos. y de qué es lo que está haciendo mal europa y qué cantidad de influencia ponemos sobre la mesa para corregir esa desviación europea. ¿eso se tiene que hacer por consenso entre todos los actores? sin duda alguna. ¿la mayoría absoluta ayuda a eso? estoy seguro de que la mayoría absoluta es hoy una máquina de destrucción de legitimidad. en lugar de llegar a ese consenso para ganar eficiencia y reestructurar las administraciones públicas, lo que estamos viendo es el machaque continuo de la credibilidad, del prestigio y de la relevancia de las comunidades autónomas, y el fortalecimiento de las diputaciones provinciales, como si quisieran volver a la estructura caciquil del siglo XIX

p. ¿existe el riesgo de que al implicar a todas las fuerzas políticas, si todo sale mal, no exista un recambio posible?
r. no, no tiene ningún riesgo. el peor de los mundos es el que está viviendo alfredo pérez rubalcaba, queriendo comportarse con responsabilidad de estado y siendo permanentemente ninguneado como interlocutor por el gobierno. cuando me pregunta, le digo: “actúa como si fueras gobierno, sabiendo que no lo eres”. pero el margen de maniobra se le está acabando. por eso está diciendo: “por aquí no”. tiene que construir su propio relato y decir “tenemos que ir por aquí”. y dejar claro que este gobierno y esta dinámica nos llevan a la ruina. este gobierno no deja ningún margen para hablar, para negociar, para decir “oiga usted, se ha equivocado en esto. ¿no entiende que no hay una sola medida que vaya contra el ciclo?”. me preocupa que estén invitando a rubalcaba a que, de verdad, y lo tendrá que hacer, se descuelgue de este camino disparatado

p. ¿podría pubalcaba hacer otra cosa en el gobierno?
p. no estoy haciendo aquí una apuesta por rubalcaba en el gobierno. lo que digo es que hace falta más claridad y que el gobierno de rajoy, con su mayoría absoluta, ha perdido la credibilidad. nadie se puede creer en europa que el equipo que tiene la responsabilidad en la mayoría de las autonomías, de los ayuntamientos, antes de tener la responsabilidad en el gobierno central; nadie se puede creer que rajoy llegue al gobierno sin un programa, sin una propuesta; lo que, lamentablemente, parece que es verdad. hemos sobrepasado el límite, rajoy tiene la obligación de convocar a un gran acuerdo nacional para salir de la crisis y para actuar en europa


puedes verla aquí

viernes, 22 de junio de 2012

¿sólo fútbol?

hoy se juega un apasionante alemania-grecia, partido de cuartos de final en la eurocopa. realmente no es muy apasionante futbolisticamente hablando: alemania está muy por encima que grecia y espero un partido de 'frontón', en el que alemania atacará y atacará y los griegos defenderán y defenderán. un poco aburrido si no te gusta el fútbol

pero aunque no te guste el fútbol, deberías ver este partido porqué no se va a jugar solo el pase a semifinales, sino algo más: el orgullo de los griegos frente al país que le ha obligado a cambiar su forma de vida. no entraré a discutir si tienen razón unos o los otros (aunque es justo que el que 'despilfarre', pague pero es justo que no se le obligue a pagar todo de golpe), pero este partido va a ser especial. los griegos no sólo van a jugar por si mismos, sino que llevan detrás a todo un país que quiere ganar a su ogro. se van a dejar la piel en cada balón y alemania va a sufrir muchísimo

y a raíz de este partido me he acordado de un divertídisimo sketch de monty python sobre un partido de fútbol entre filósofos griegos y filósofos alemanes (con la ayuda de beckenbauer). como es mucho más divertido verlo que leerlo, os lo dejo


¿con quién vas esta noche?

querido señor müller

corresponsales de la stampa, le monde, the guardian, süddeutsche zeitung, gazeta wyborcza y el país  le han hecho una magnífica entrevista a mario monti, presidente de italia. aunque tiene ese aspecto serio y anodino, creo que explica muy bien la postura de italia...y de españa, porque en este viaje vamos los dos en el mismo barco

hablando con compañeros italianos sobre la situación, me han dado una clave diferencial entre los italianos y nosotros: el italiano (la familia italiana) no gasta más de lo que tiene; si tiene que pedir un crédito para comprar un coche, nunca compraría un coche que no pudiese pagar. en cambio, el español, incluso pide/pedía un prestamo para irse de vacaciones

de toda la entrevista, lo que más me ha gustado es lo claro y sencillo que le explica a un hipotético jubilado alemán que él no está manteniendo los derroches italianos

P. si tuviera 10 minutos para convencer a un hipotético señor müller en alemania de la sinceridad de los esfuerzos de italia, ¿qué le diría?
R. le diría, querido señor müller, antes de todo, relájate, porque te has convencido o te han convencido de que tú estás manteniendo el excesivo nivel de vida de los italianos. mira, no es así porque no hubo financiación a italia y además los alemanes estáis sacando ventajas por el hecho de que alemania consigue financiarse con tasas muy bajas como resultado de las altas tasas que están pagando los demás. y le diría: querido señor muller, convéncete de lo que desde hace algún tiempo está diciendo la canciller de tu país: alemania saca grandes ventajas —como todos los países— de la integración europea. es verdad que siendo la economía más grande paga un poco más que los otros en términos de presupuesto de la unión europea, que de todos modos es el 1% de toda la economía europea. pero fíjate que el gran éxito de la economía de alemania —que de por sí funcionan tan bien porque vosotros los alemanes sois muy buenos como trabajadores y ahorradores y además soléis estar bien gobernados— tiene que ver con haber estado en los últimos 50 años en el corazón de un gran mercado único. y con otra ventaja añadida: desde hace 10 o 12 años está en el centro de una zona de estabilidad monetaria, mientras antes tenías las devaluaciones competitivas que os penalizaban. también los italianos hemos tenido muchas ventajas de estar asociados con ustedes; porque paso a paso hemos asumido vuestra cultura de la estabilidad

aquí podéis leer la entrevista completa

miércoles, 9 de mayo de 2012

caput mundi

ultimamente no tengo tiempo para nada, ni siquiera para comentar nada aqui. pero no puedo dejar constancia en este blog un magnífico artículo de john carlin en el país sobre una ciudad que me apasiona: londres. como recordareis, estuve en londres (¡por primera vez!) el otoño pasado y me encantó (por nuestra mente se nos pasó mudarnos a allí...). como john carlin escribe mucho mejor que yo y, además, incluye entrevista con boris johnson, os copio el artículo tal y como está (sin nisiquiera cambiar las mayusculas a minusculas)

Londres, capital del mundo

Cosmopolita, rica y abierta a cualquiera que quiera convertirla en su casa, de ella se dice que es otro país dentro del Reino Unido

No se enseña en los colegios, y muy pocos adultos ingleses lo saben, pero la fecha 122 después de Cristo es de vital importancia en la historia de Londres y especialmente relevante hoy. Hace exactamente 1890 años, un romano de familia española, el emperador Adriano, determinó que Londinium fuese la capital de Britannia, y para festejarlo anunció que él mismo viajaría a la ciudad, lo cual provocó un revuelo en la población mucho mayor, según cuentan los historiadores, que el que se está viviendo ahora, en vísperas de los Juegos Olímpicos.
Sí, es verdad, los medios británicos no dejan de recordar cuántos días quedan para la ceremonia olímpica inaugural. Londres, como una duquesa maquillándose para la boda de su hija, se está esforzando para ponerse guapa, no solo erigiendo estadios y otros monumentos para los deportistas y espectadores que llegarán de todo el mundo, sino reformando sus plazas, construyendo rascacielos y gigantescos centros comerciales, mejorando y expandiendo el metro, preparando un rico y cosmopolita cóctel de eventos culturales.
Pero una cosa es que venga Usain Bolt, otra, que el invitado sea el dios viviente. La noticia de la llegada de Adriano fue recibida por los 45.000 habitantes de la antigua ciudad como un trueno, ocasionando euforia y ansiedad en igual medida, y una fiebre de construcción: nuevos templos, calles, puentes, baños y, ante todo, anfiteatros para los sangrientos espectáculos (gladiadores que cumplían el papel de los atletas de hoy) con los que habría que deleitar a la divinidad hispana. La visita de Adriano, al que se le hizo una estatua conmemorativa de bronce (cuyo busto fue encontrado en el fondo del río Támesis en 1834), convirtió Londres durante su estancia en el centro y foco del mundo.
Hoy, Londres es el centro del mundo todos los días del año. Esa, al menos, es la opinión de su actual emperador. Bueno, en realidad, Boris Johnson ostenta el título más humilde de “alcalde”. Pero atributos imperiales no le faltan. La ciudad sobre la que Johnson, de 48 años, ejerce liderazgo tiene el doble de ciudadanos (ocho millones) que la totalidad del imperio romano en tiempos de Adriano (“ciudadanos”, no habitantes, que quede claro) y provienen de todos los rincones de la tierra, ya que se comunican entre sí en más de 300 idiomas. Johnson habla cuatro de ellos. O, más bien, tres. El alemán, el italiano y el francés. El cuarto idioma es posible que él sea el único londinense que lo domine, pero es el que más motivo nos da para atribuirle el papel de un imperator contemporáneo. Johnson habla latín. Sí, no solo lo lee (como también lee el griego antiguo) y lo escribe, sino que lo habla. Hace cuatro años, con motivo de una exhibición en el Museo Británico para celebrar, precisamente, el legado del emperador Adriano dio un discurso en latín, escrito por su propia mano, lleno –después se supo– de humor.

Entrevisté a Johnson (en inglés) en Trafalgar Square, corazón geográfico de Londres, símbolo histórico de otro imperio caído, el británico. El nombre de la plaza (tan español como Adriano) celebra un solemne episodio patrio, la victoria naval, de 1805, sobre Napoleón que evitó que los ingleses tuvieran que aprender a hablar francés por segunda vez en su historia. (La primera fue en 1066, y ahí los siempre difíciles vecinos del sur sí ganaron la guerra, convirtiendo el francés en el idioma oficial de la Corte inglesa durante 300 años). Pero hoy, lo que define a Trafalgar Square ya no es, como en tiempos victorianos, un cerrado y autosatisfecho nacionalismo, sino una exuberante promiscuidad cultural. No solo porque una hora sentado a los pies de uno de los cuatro leones de bronce que escoltan la torre del Almirante basta para oír prácticamente todas las lenguas del mundo (salvo, quizá, el latín), sino porque es aquí donde cada año celebran sus fiestas de independencia los ciudadanos de la India, Paquistán, Nigeria, Canadá, Australia, Irlanda y otros países que en su día vivieron bajo el yugo imperial británico.
China también tuvo sus conflictos históricos con Reino Unido, pero Trafalgar Square fue donde este año se celebraron los festejos londinenses del año nuevo chino, con Johnson y el embajador chino como invitados especiales. Durante un breve y divertido discurso justo antes de mi entrevista con él, Johnson dijo que su ciudad haría lo posible para estar a la altura de los Juegos Olímpicos de Pekín, aunque reconoció que su país ya no podía competir con el gran tigre asiático a nivel económico. “Lo que gastó China en fuegos artificiales en 2008”, declaró Johnson, provocando risas entre la multitud, “supera la totalidad del presupuesto militar británico anual”.
“Boris” –así lo conocen los ingleses, por su primer nombre, como si fuera un cantante popular o un futbolista brasileño– es como su ciudad. Está seguro de sí mismo; no tiene complejos. Un político común y corriente no hubiera osado reírse tan descaradamente de su país. Ni tampoco se jactaría quizá de haber tenido un bisabuelo turco que fue ejecutado por sus creencias políticas. Pero Johnson no es ni común ni corriente. Presente tanto en las páginas de los diarios serios ingleses como en las revistas del corazón, compite con cualquier famoso, cualquier estrella, cualquier celebridad, en cuanto al interés popular que despierta en las multitudes, la fascinación que ejerce sobre los hombres y las mujeres, pero especialmente en las mujeres. El líder de su partido y actual primer ministro, David Cameron, siempre le está mirando por el retrovisor, sabiendo muy bien que el día que presente su candidatura por el liderazgo conservador lo va a tener complicado. Johnson es un bicho raro en esta era de líderes sosos y previsibles: un político carismático, un personaje jocoso y brillante, erudito y populista a la vez, cuyo principal defecto –o, mejor dicho, cuyo mayor obstáculo a superar, si va a llegar a ser un día primer ministro– es una perversa tendencia a decir exactamente lo que piensa.

Johnson se ríe de sí mismo y de su país, pero de Londres, no. Johnson nunca, jamás, es solemne, pero Londres es cosa seria. Es, entre otras cosas, como también señaló en su discurso (de 2 minutos y 45 segundos de duración), la ciudad fuera de China que más estudiantes chinos tiene. Londres –no hay más que caminar una manzana por la ciudad para comprobarlo– es un imán para el mundo. Y fue a propósito de esta idea que comencé nuestra entrevista con la siguiente pregunta. Para ponerle a prueba, o quizá en un triste intento de demostrarle que yo también tenía mi pequeña cuota de erudición, le dije: “Como escribió hará unos 40 años Jorge Luis Borges…”. Y ahí, de inmediato, me interrumpió. Con una cita de un cuento del escritor argentino. “El cielo tenía el color rosado”, pronunció Johnson con una gran sonrisa, saboreando cada palabra, “de la encía de los leopardos”. (Eso sí, la cita fue en inglés.) OK, me rindo, Mr. Johnson, le dije, pero no, esa no era la cita que tenía en mente. A lo que me refería fue a algo que dijo Borges alrededor de 1970, “que Nueva York era en aquel momento lo que Roma había sido en su tiempo, la capital del mundo”. ¿Londres lo es ahora?
“Sí”, respondió de inmediato Johnson, cuyo abundante pelo tiene el color de un león albino. “Sí. Considero que Londres sí es la caput mundi. Vea esta multitud aquí en la plaza. Hay más comunidades de más países hoy en Londres que incluso en Nueva York. En los Juegos Olímpicos participarán más de cincuenta naciones que cuentan con comunidades de más de 50.000 personas en Londres. Se hablan 304 idiomas, el 36% de la población ha nacido en el extranjero, y aquí, precisamente, reside la fuerza de la ciudad. Si uno agrega el peso global de Londres en el mundo de las finanzas; en las artes, los museos, el teatro, la música; la calidad de nuestra televisión y la innovación que demostramos en las nuevas tecnologías; la variedad y calidad de los restaurantes; el dinamismo en la arquitectura… si uno lo suma todo, no creo que sea ninguna exageración decir que esta es la capital del mundo”.
La noción es más debatible que en otras épocas, evidentemente. No estamos hablando de poder político, como habríamos hecho en tiempos del Imperio Romano, o en el siglo XVI respecto a España, o en el XIX con Gran Bretaña, o incluso, durante buena parte del XX con Estados Unidos. Como me aclaró Johnson en la entrevista, la definición de caput mundi se debe centrar hoy más en el terreno cultural, en el sentido más amplio de la palabra. Y también en cuanto a la capacidad de atraer dinero. Lo que argumenta Johnson es que Londres es una ciudad grande, rica, cosmopolita y abierta, donde todo el mundo, venga de donde venga, se siente cómodo; donde sin importar el continente del que se provenga o el color de la piel o la religión, uno se siente en su casa, tranquilo, aceptado como uno más en la calle, en el bar o en el lugar de trabajo.

Me propuse investigar y poner a prueba las grandiosas pretensiones del alcalde Johnson y ver hasta qué punto su aproximación a una definición del término “capital del mundo” podría servir para describir a Londres. Fue cuestión de caminar mucho, de mirar, comer y hablar, tanto con los nativos como con ese 34% de sus habitantes nacidos en otro país. Y de leer, por ejemplo, un libro que ha escrito Johnson sobre la historia de Londres, y un informe que acaba de salir en el que se concluye que Londres es la ciudad preferida de los ricos del mundo. Basado en encuestas con individuos que disponen de más de 25 millones de dólares para invertir, el Wealth Report (Informe de la Riqueza), Londres quedó primera en cuanto a calidad de vida, actividad económica, influencia global, por encima (en este orden) de Nueva York, Hong Kong, París y Singapur. Preguntados qué es lo que definía a una ciudad global, los factores que los encuestados resaltaron fueron la seguridad personal, la estabilidad social, el nivel educativo y lo abierta que es la economía.
Bien. Londres es una ciudad de oportunidad y sosiego para los ricos. Megamillonarios árabes, oligarcas rusos y banqueros varios tienen sus hogares aquí. ¿Pero también es un lugar de oportunidad y sosiego para gente de ingresos normales? Muchos de los miles de españoles que tienen su hogar en la ciudad dirían que sí. Entre ellos, Rafa Pavón, de 32 años, que tiene su propia empresa, Watergun, una productora de películas y vídeos, en Londres.
Él y sus socios la montaron con la ayuda práctica y entusiasta de la Embajada británica en Madrid y una agencia del Gobierno que se llama United Kingdom Trade and Investment (UKTI), la primera y decisiva señal que tuvo Pavón de lo receptiva al mundo que resultaría ser su nueva ciudad. Pavón, que consiguió una maestría en comunicación y diseño en Londres tras una travesía frustrante por el sistema educativo superior madrileño, es un buen ejemplo de la fuga de talentos que sufre España hoy en día. Watergun está en pleno crecimiento creativo y económico, con una buena lista de clientes, y a principios de año ganaron un premio prestigioso, contra fuertes y reputados rivales ingleses, por un vídeo musical. “Nos presentamos al premio sin la más mínima expectativa de nada, y lo impresionante –no lo entiendo– fue no solo que ganamos, sino que lo hicimos sin conocer a nadie y sin que nadie nos conociera”, explica Pavón. “Es lo opuesto al amiguismo. Es el fair play; el respeto al proceso creativo, incluso, a la excentricidad, venga de donde venga. Libera muchísimo. Puedes hacer cosas en Londres que en otros sitios ni te planteas”.

¿Comparado con España?“España es para España; Londres es para todos lados. Mueves un dedo aquí y el feedback es mucho mayor. Si haces un esfuerzo, hacerlo en Londres lo optimiza todo”, Pavón sabe distinguir entre Londres y el resto de Reino Unido, que es otra cosa. Londres (productividad: 30% por encima de la media británica; ingresos medios de sus habitantes: casi el doble que el resto del país) es como un gran palacio resplandeciente en la cima de una montaña en cuyas laderas la gente sufre los estragos de la crisis económica que aflige a España y a buena parte del mundo occidental.
En marzo, la Unión Europea identificó a Londres como la ciudad más rica de la eurozona, con diferencia. En un artículo reciente titulado Planet London, la revista The Spectator contó que “la mayoría” de los niños que cursan primaria en la ciudad hablan un idioma en casa que no es el inglés. “En cuanto a los jardines infantiles de la ciudad”, agregó la revista, “se han convertido en una especie de Naciones Unidas para pequeñajos”. Londres es como una república independiente, privilegiada, en la que no es necesario haber nacido para ser considerado un ciudadano pleno –como tampoco fue necesario haber nacido en Roma en tiempos de Adriano para ser romano.
Titi Banjoko es dentista y nigeriana. Su primera experiencia en el Reino Unido, hace casi 30 años, no fue buena. Aterrizó en Glasgow y descubrió que los pacientes no querían que les atendiera debido al color de su piel. Tuvo que elegir, me contó, entre sentirse víctima o compadecer a los racistas. Los compadeció. Vive en Londres desde 1989. Hoy encabeza un equipo de sanidad gubernamental que se encargará de atender las necesidades de los visitantes extranjeros durante los Juegos Olímpicos. “Viajo mucho por Europa –por Alemania, Holanda, Suiza– y veo que allá los africanos no estamos integrados en la sociedad como aquí”, dice Bajoko. “Se nos hace sentir como alienígenas. Aquí me siento parte de la sociedad, mi voz se escucha, no hay que pasarse la vida golpeando un muro como en otros países europeos. Puedo aspirar a ser lo que yo quiera”.
Banjoko se lo explica en parte en función del temperamento inglés, del fair play del que habla Pavón, de la tendencia a vivir y dejar vivir y de juzgar a la gente por sus méritos, pero también lo ve en términos más prácticos. “Hay distritos electorales en Londres donde el 60% de la población nació en el extranjero, con lo cual, los candidatos han tenido que conocer y respetar otras culturas. No les queda otra que tenerte en cuenta”. Un ejemplo lo da Ken Livingstone, el rival laborista de Boris Johnson en las elecciones para alcalde que se celebrarán este verano en Londres. En sus discursos, últimamente, Livingstone no deja de proclamar su simpatía por el islam.
Johnson se inclina más por acentuar los elementos que unen a los habitantes de la ciudad. “Es increíblemente amplia la definición de un londinense”, resalta. “Londres acultura a la gente; absorben la ética general, la forma de pensar y ser. Se convierten en londinenses y también en británicos en cosas pequeñas, pero importantes. Como la tendencia –falsa– a despreciarse a sí mismos, a pasar vergüenza (lo que define a los británicos, como es bien sabido), la ironía, el comportamiento en el metro…”.
Pero tampoco parece haber mayores problemas si los que vienen de fuera recrean sus mundos en las calles de Londres. Edgware Road, por ejemplo, una calle céntrica que desemboca en Oxford Street, podría pertenecer a un barrio de Bagdad o de Damasco. La mitad de los locales exhiben sus nombres en árabe, a veces con traducciones, como Al Baraka Supermarket, Al Razi Pharmacy. De repente aparece un pub, The Green Man, pero los que predominan son los Al Mustafa, los Abu Saad o el Banco Islámico de Bahrain. La mitad de las mujeres llevan pañuelos en la cabeza, varias de ellas, burkas; la otra mitad lleva minifaldas o pantalones ajustados. Nadie se inmuta; nadie, ni siquiera, se da cuenta.

Tampoco llama la atención la extraordinaria variedad de cocina internacional en los restaurantes de la ciudad. Patrick Wilkinson, un bloguero culinario que se autodefine como un “fanático amateur de la comida”, hizo un repaso a la lista de países de Naciones Unidas y constató que prácticamente todos tenían su representación gastronómica en Londres. “No solo tienes restaurantes de Jamaica, sino también de Trinidad y Tobago; no solo de Etiopía y de Ghana, sino del Congo y de Angola”, explicó Wilkinson. “Empiezan como lugares destinados a la población inmigrante de esos países, pero los londinenses son muy curiosos, y pronto ocurre que todo el mundo acude a probar una cena angoleña”. Wilkinson dijo que se han puesto muy de moda unas baguettes vietnamitas, hechas con harina de arroz y con relleno de pescado ahumado o panceta. “También tenemos el bocadillo de chorizo español, que se ha convertido en un alimento tan básico como los fish and chips”, dijo Wilkinson. “Lo encuentras en todos los rincones de la ciudad”.
La pasión por el chorizo, un ingrediente habitual en las comidas hechas en las casas inglesas y de venta hoy en casi todos los supermercados, comenzó hace unos 10 años. Se inició a través de una empresa de ventas de comida española al por mayor que se ha transformado desde 2004 en una cadena de tapas, Casa Brindisa, que hoy cuenta con tres restaurantes, con dos más a punto de estrenarse. Lo empezó una inglesa hispanófila llamada Monika Lipton en 1988 y hoy está en pleno auge.
El almacén de la empresa en el sur de Londres –una cueva de tesoros ibéricos llena de jamones, aceites, anchoas, alubias, quesos de los más variados, incluso calçots cuando están en temporada– está multiplicando por dos el tamaño de su superficie, tal es la demanda. En cuanto a las tapas, “nuestro primer restaurante tuvo un éxito extraordinario desde el primer día”, recuerda Lipton, que lo atribuye al “dinamismo y a la enorme energía” de sus cocineros y camareros, el 70% de los cuales son españoles, y el ambiente relajado y placentero que ellos crean. “¡Es que, ya sabes, los españoles son gente tannnn simpática!”.
Lipton hace eco de algo que me ya me había dicho Rafa Pavón cuando afirmó: “El tópico de que la comida en Londres es mala es pura mierda. Si sabes lo que haces es muy difícil cometer un error en Londres hoy en día. Y no me refiero solo a los restaurantes, sino a los mercados, con una variedad y calidad de comida increíble, que han abierto en los últimos años en los lugares más inesperados”.
Como Borough Market, pegado a London Bridge (el primer puente de la ciudad, construido en su versión original por los romanos), en el lado sur del Támesis, que hasta hace muy poco fue una parte de Londres no solo desaprovechada, sino casi abandonada, como lo fue en su día, antes de los juegos olímpicos de 1992, la zona marítima de Barcelona. Hoy se ha vuelto una de las zonas más vibrantes de la ciudad.

Borough Market (la calidad del café y los quesos y el chocolate que venden ahí es de primer nivel mundial) es donde está ubicado el primero de los restaurantes Brindisa. Ahí comí con Rubén Maza y Joel Placeres. Ambos empezaron como camareros hace seis años, y hoy, Maza es el gerente de los tres Casa Brindisa; Placeres, del de Borough Market. Maza es cordobés; Placeres, uruguayo. Entre croquetas de jamón con perejil (calidad bien por encima de la media española), gambas al ajillo y chuleta de cordero, Maza me cuenta que desde su llegada ha notado que la gente tiene mucho más conocimiento de la gastronomía española, al punto de que distinguen entre jamones de Salamanca y Huelva, o de Guijuelo, y que ya no solo piden vinos de Rioja o albariños, sino también verdejos y vinos de Montsant. El problema que tiene Maza con Londres es la falta de luz. Por lo demás, está encantado. Llegó sin hablar inglés, pero ha triunfado. En otro contexto que Rafa Pavón, opina lo mismo que él. “No tienes que tener un pariente con buenos contactos para avanzar. Si das lo mejor de ti, el esfuerzo se recompensa, no importa de dónde seas”.
Joel Placeres, que vivió en Barcelona antes de llegar a Londres, piensa igual. “Soy uruguayo, pero me siento absolutamente londinense. Es muy difícil sentirte extranjero en Londres. Londres absorbe a todos y coge de todas las culturas”, sonríe. “¡Sin excluir el dulce de leche!”.
A un costado de Borough Market se erige la medieval Southwark Cathedral, donde ha habido una iglesia desde al año 606, y cruzando la calle está en construcción The Shard (la astilla de cristal), del arquitecto italiano Renzo Piano, que cuando esté acabado será, con 310 metros, el edificio más alto de Europa. Caminando por la orilla sur del río en dirección oeste, hacia el Parlamento de Westminster y el Big Ben, uno pasa el Millennium Bridge, construido hace 12 años por el arquitecto Norman Foster, que une la catedral de Saint Paul, construida por el no menos célebre Christoper Wren en el siglo XVII, con el museo de arte contemporáneo Tate Modern, un colosal éxito turístico (la entrada es gratis, como en todos los grandes museos londinenses) desde su apertura en el año 2000. Mirando hacia el norte, detrás de Saint Paul, está la City, el centro financiero más importante del mundo, con la debatible excepción de Nueva York. Es desde esta milla cuadrada, como también es conocido el barrio financiero, que fluye la riqueza de la ciudad, el dinero para levantar los deslumbrantes edificios nuevos que han surgido en la última década y los seis más de la zona que actualmente están en construcción.
La dependencia económica de Londres de la City explica por qué la ciudad sufrió un visible bajón cuando la crisis pegó en 2008, reflejado no solo en los despidos en los propios bancos, sino también en los restaurantes y las tiendas que cerraron en el centro de la ciudad, o en la bajada en los precios de las casas. Pero la recuperación ha sido rápida (el valor del suelo ha vuelto a subir) debido precisamente al hecho de que la City depende no de la economía británica o de la europea, sino de la global. O sea, China va bien, o Corea va bien, o Brasil va bien, y el impacto se siente de manera positiva en Londres. Lord Renwick, ex embajador británico en Washington y actualmente vicepresidente del banco JP Morgan en Londres, se sumó a la idea que el Reino Unido consistía, en sus palabras, en “dos países, Londres y el resto”. El volumen de transacciones en la City deja en la sombra a las que se efectúan en la totalidad del resto de Europa; las 50 compañías de minería más grandes del mundo (salvo las rusas) tienen sus sedes en Londres; la mitad de las casas de seguros de barcos están en Londres, y la mitad de las mergers and acquisitions (fusiones y adquisiciones) mundiales se llevan a cabo aquí. Todo esto genera puestos de trabajo en una larga cadena que se extiende desde los bancos hasta los abogados, los médicos, las tiendas de ropa, las productoras de vídeos musicales, los camareros y todos los que se nutren de la economía londinense.

“La tradición, la experiencia, el talento humano que es bienvenido de todas partes y un sistema legal en el que todo el mundo confía son las bases del éxito de la City”, explicó Lord Renwick. “También está el idioma, la posición geográfica de Londres, a mitad de camino entre Asia y América, y encima, la ciudad ofrece calidad óptima en cuanto a educación, deporte, arte, teatro. Es un cóctel difícil de superar”.
Siguiendo el camino en dirección oeste por el lado sur del Támesis llegué, tras pasar infinidad de cafés y restaurantes, al National Theatre, el teatro de donde fluyen las obras de más prestigio y éxito taquillero del mundo de habla inglesa, sin excluir a Broadway, en Nueva York, cuya dependencia de la creatividad londinense crece cada año. “No sería ninguna exageración afirmar”, me dijo el director del National Theatre, Nicholas Hytner, “que Londres es al teatro –en inglés, al menos– lo que Hollywood es al cine”. ¿Cómo impacta la cosmópolis londinense en la invención artística? Hytner –un gran director de Shakespeare, de ópera e, incluso, de cine– responde que la simbiosis es total, que la vitalidad, tanto en el teatro como en la música, las artes plásticas y las exhibiciones en los grandes museos (que atraen larguísimas colas todas las mañanas, mucho antes de abrir), son fruto de un fenómeno muy londinense que se ve en la amplia gama de sus habitantes: la convivencia feliz entre la erudición más refinada y la cultura más popular.
“Las personas que dirigen las instituciones culturales más importantes forman parte de una tradición que se remonta a tiempos de Shakespeare, cuyo público eran las grandes masas y que vivía del éxito comercial de sus obras”, dijo Hytner. “Mire el caso de Neil McGregor, el director del Museo Británico. Es un académico estelar y, al mismo tiempo, empresario de circo. Ha logrado imbuir un gran sex appeal a su vasta colección de antiguas piezas, ha convertido el museo en una rama del show business. Y es un gran vendedor también, que es lo que todos pretendemos ser. Ha convencido al mundo de que el Museo Británico es un museo global para una audiencia global”.
Como consecuencia, dice Hytner, las exhibiciones en los museos y las obras de teatro gozan de una amplísima clientela. “En Francia, país donde se venera mucho más a los intelectuales que en Reino Unido, es mucho más limitado el público que va al teatro. Le tout Paris consiste en 10.000 personas; le tout Londres, en ocho millones”.
Por el idioma, por el hecho de que la ciudad carece del dinamismo londinense (es un hermoso museo), porque es más cerrada a todo lo que es de afuera, París no compite con Londres para el título de capital del mundo. Nueva York – por los mismos motivos, pero a la inversa–, sí lo hace. Escribí a un amigo, un estadounidense que ha vivido en ambas ciudades y que ha viajado mucho, para que me ayudara a resolver el debate. No quiso que se publicara su nombre (quizá por temor a ser linchado en Nueva York), pero esto es lo que me contestó por correo electrónico. “Por más energía que tenga Nueva York, no deja de ser un poco demasiado provinciana, demasiado obvia, demasiado americana, demasiado comercial. Mucho dinero, poca sabiduría. Londres es más sutil y más profunda. Es infinitamente cambiante, sofisticada y cosmopolita y ofrece la más alta calidad en las cosas más importantes de la existencia. Londres vibra como la vida misma, y todo el mundo está ahí”.

Las palabras del enigmático estadounidense serían música para los oídos de Boris Johnson, que en su historia personal (no solo tienes antepasados turcos, sino rusos también) ejemplifica el gran popurrí londinense y es el retrato vivo de esa mezcla de erudición y populismo de la que habla Nicholas Hytner. Antes de despedirme de él en Trafalgar Square quise proponerle un reconocimiento tardío al país cuyas naves el almirante Nelson venció, junto a las de Napoleón, en aquella batalla decisiva en las costas de Cádiz de 1805. “Algunos dirían que llega un poco tarde la propuesta”, le dije, “pero quisiera darle la oportunidad de dar las gracias a España, de manera oficial, por haber producido un hijo que tuvo la visión, la sensatez y el buen gusto de determinar que Londres…”.
“¡Por supuesto!”, me interrumpió el alcalde. “¡Absolutamente! Ya era hora, sí, de que rindiéramos merecido tributo a Hispania Citerior (¿o fue quizá –no recuerdo bien– Hispania Ulterior?) por habernos dado a Adriano, el autor de todo esto, el que hizo que Londres fuera nuestra capital”.

OTRA PUESTA DE LARGO. Los 135 metros del London Eye o Millennium Wheel le convierten en símbolo y testigo de excepción de la vida que bulle en esta ciudad. nadie mira a nadie. En la página de la izquierda, ciudadanos de origen asiático pasean con el Big Ben al fondo. Mientras, en el taller Timothy Everest Limited se mantiene la quintaesencia de la sastrería británica con un estilo aclamado por su moderna actitud. A la derecha, el escaparate de otra sastrería, Taylor Shop, en Savile Row Street. Usted eliGe. Londres lo contempla todo. De izquierda a derecha, Brick Lane, el corazón de la comunidad bangladesí en la ciudad. El ‘pub’ Golden Heart; una sala de arte contemporáneo; la tienda James Lock, especializada en sombreros borsalinos; tumbonas en Green Park y viandantes paseando por Brick Lane. operación olímpica. Londres se vende sola, pero unos Juegos Olímpicos obligan a ponerse el mejor de los vestidos para la cita. A la izquierda, la torre Swiss Re, en el barrio financiero, obra de Norman Foster. A la derecha, el mítico Tower Bridge sobre el Támesis y el distintivo globo de cristal del City Hall, también de Foster. Abajo, la catedral de San Paul desde un moderno centro comercial. A todo sabor. La capital del Reino Unido conjuga historia y mezcla de culturas. A la izquierda, uno de sus típicos edificios con un negocio de impresión fotográfica en sus bajos. A la derecha, dos ejemplos que dan la razón a la afirmación de que en Londres se puede comer de todo y bien: el restaurante francés Les Trois Garçons y la tienda de quesos Paxton and Whitfield en Jermyn Street. Diseño y deporte. Un ciclista contempla el estadio O2 Arena, situado en la península de Greenwich, que, con capacidad para 20.000 personas, es uno de los más grandes de Europa.


miércoles, 18 de abril de 2012

bien educados, mejor

esperando que lleguen las elecciones francesas, me he encontrado con este artículo en el país y no he podido dejar de copiarlo. interesantisima reflexion sobre como una escuela demasiado moderna (y demasiado clásica, seamos justos) no ayudan ni al alumno ni al pais
texto de miguel mora


La 'egalité' suspende en la escuela

La noticia es del lunes: “El ministerio de Educación Nacional muestra su inquietud por el nivel de ortografía de los alumnos franceses”. Para entenderla bien, es preciso remontarse seis años atrás. En un mitin, el entonces candidato Nicolas Sarkozy trata de hacer un chiste y califica de “sádico o idiota” al tipo que decidió incluir en las oposiciones públicas preguntas sobre La Princesa de Cléves, novela mítica de madame de Lafayette publicada en 1678. La broma, considerada por unos como una metáfora de la vocación de ruptura del líder conservador, y por otros como la prueba de su desprecio por la culture, fue un asunto de Estado durante semanas. Unos meses después, más de la mitad de los franceses eligieron como presidente al “hombre que asesinó a la princesa”.

Cinco años más tarde, hoy, casi todos los especialistas e indicadores señalan que la Educación Nacional, vieja joya republicana planeada por el Consejo Nacional de la Resistencia como garante de la egalité, y factoría de citoyens cultos y comprometidos, está en una situación precaria y alarmante. Las reformas, retoques y recortes han sido constantes durante un quinquenio que se anunció agitado desde que, en septiembre de 2006, Sarkozy declaró en una universidad de verano de Marsella que había llegado la “hora de terminar con la herencia de Mayo del 68 en la escuela pública”, ya que, según explicó, “esa generación ha instalado en la política, la educación y la sociedad una inversión de los valores y un pensamiento único del que los jóvenes son hoy las víctimas”.

Para acabar con esa “ideología que dice a los jóvenes que tienen todos los derechos y todo se les debe”, Sarkozy ha utilizado diversas recetas, unas viejas y otras más modernas. Según Maurice Cukierman, profesor de Historia en el Liceo Descartes de Antenue, al sur de París, que es además representante de la federación sindical del departamento del Alto Sena, “Sarkozy empezó haciendo una política continuista, pero poco a poco ha ido imponiendo reformas que llevábamos décadas logrando frenar. Por ejemplo, ha adoptado nuevos criterios de evaluación para los profesores, incorporado nuevas herramientas y programas con contenidos más livianos, extendido un uso masivo de la tecnología que no conduce a controlarla realmente, y limitado la libertad pedagógica y la formación del profesorado. Todas han sido nefastas para la calidad de la enseñanza”.


Los padres de alumnos acaban de convocar una huelga de deberes
Además de eso, Sarkozy ha metido sin miedo la tijera. Aplicando la regla, muy recomendada por la OCDE y la UE, de sustituir a solo uno de cada dos funcionarios jubilados, ha cercenado unos 80.000 puestos de profesores netos. Según la web del ministerio, en el curso 2010-2011 había todavía 859.254 educadores en activo. “Una barbaridad”, según Sarkozy. Pero, según la OCDE, Francia figura hoy en la cola de los países ricos en el índice de profesores por alumno, con 6,1 profesores por cada 100 discípulos; y la cosa es peor si se mira solo a la primaria y las universidades (objeto de una gran reforma financiera): cinco por cada 100. Algunos acusan a Sarkozy de haber intentado asesinar a la enseñanza pública como hizo con la princesa para castigar a un profesorado demasiado de izquierdas y favorecer de paso el floreciente negocio de la educación privada. Otros celebran su valor al tratar de meter en vereda a un colectivo muy sindicalizado, y su acierto al descentralizar grandes partidas de gasto educativo hacia las regiones y ayuntamientos. Las consecuencias de esta cesión es el núcleo de un reciente informe del Tribunal de Cuentas, adelantado por Le Monde. Afirma que la educación nacional ha dejado de ser nacional porque el ministerio —que, según los magistrados, se niega a facilitar los datos—, invierte mucho más en las escuelas de París que en las de provincias y los suburbios, es decir donde más se necesita.

En 2010, el Estado gastó un 47% más en formar a un alumno del centro de París que a uno de las banlieues. Y un 51% más en enseñar a un parisiense que a uno de Niza. La conclusión es que el clasismo es la nueva solución estatal a la supuesta falta de fondos, y que “la egalité ha dejado de ser el principio que rige la escuela republicana”. La situación se parece a las que se viven en España, Italia o Chile, aunque el elemento católico pese menos en Francia. La corriente global de atacar desde arriba a la escuela pública, una de las bases del ideario neoliberal, tiene aquí sello propio, explica el presidente de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos, Jean Jacques Hazan: “Somos la segunda potencia de la zona euro y la quinta del mundo y hemos reducido el gasto educativo en 15 años en un punto del PIB. Mientras en los países ricos la inversión aumentaba un 30%, nosotros la subimos un 5%, así que hemos perdido poder adquisitivo. Además de perder más del 10% del profesorado, se han reducido 150.000 plazas de parvularios y se ha favorecido todo lo posible al sistema privado”.


Hollande promete crear 60.000 nuevos empleos en las escuelas públicas
En todo caso, sigue habiendo diferencias: el gasto en educación de Francia alcanzó en 2010 el 5,5% del PIB, frente al 4,6% que le costó a España, según Eurostat. Eso no impide que el ambiente en los colegios sea tenso o peor que eso. Los padres de alumnos acaban de convocar una huelga de deberes para los alumnos de primaria, y su balance del mandato de Sarkozy es inmisericorde: “Ha sido catastrófico para la educación, seguramente el peor de la historia. Ha aplicado a la enseñanza su lema “trabajar más para ganar más”, una filosofía antipedagógica. Hoy basta un título de Física para dar clase de Física sin tener la más mínima noción de pedagogía o psicología. Tenemos profesores con master incapaces de trasmitir conocimientos”.
A lomos de la depresión y la ira, la enseñanza se ha convertido en un tema candente de la campaña. Especialmente porque el sector es uno de los viveros de votos más seguros para el socialista François Hollande, que ha prometido acabar con los recortes, consensuar las reformas y habilitar 60.000 nuevos puestos de trabajo en las escuelas. Quizá Sarkozy ha ganado su batalla en un terreno. Los profesores parecen hartos de ser profesores. A Maurice Cukierman, que da clase de Historia cerca de París, le toca jubilarse en julio, y está feliz: “Amo este trabajo, pero la degradación es tan grande que ha dejado de gustarme; ya no servimos para crear ciudadanos libres y responsables. La ola reaccionaria ha llegado y solo creamos gente sumisa que será mano de obra barata en el futuro”.